El tabique nasal es el hueso y el cartílago que divide la cavidad nasal de la nariz por la mitad. Cuando está desviado, significa que está fuera del centro, o torcido, dificultando la respiración. La mayoría de las personas tienen algún tipo de desequilibrio en el tamaño de sus vías respiratorias, pero solo algunas causan problemas respiratorios significativos y requieren tratamiento.
“Hay dos causas comunes para presentar tabique nasal desviado. La primera es la congénita, es decir, está presente desde el nacimiento, y la segunda y más común es después de traumatismos menores que a veces pasan inadvertidos y que con los años pueden desviar el tabique. También, cuando se practica un deporte de contacto, luchando, en el caso accidentes de tráfico u otros”, explica el Dr. Luis Castell, otorrinolaringólogo de Clínica INDISA.
La mayor parte de las deformidades del tabique nasal no tienen síntomas, por lo que es posible que no sepas si lo tienes desviado. Sin embargo, algunas deformidades causan signos que sí podrías identificar. “Lo más común es la obstrucción de un orificio nasal o ambos. Esta puede dificultar la respiración y se hace más evidente cuando la persona se resfría o tiene alergia, lo que puede desencadenar inflamación y estrechamiento de las fosas nasales”, enfatiza el Dr. Castell.
Según explica el especialista, también se presenta respiración ruidosa durante el sueño, dolor de cabeza, sangrado de nariz, dolor facial, y es común contar con preferencia de dormir sobre un lado en particular. “Algunas personas prefieren dormir sobre un lado del cuerpo, para optimizar la respiración nasal durante la noche. Esto puede deberse a la existencia de una desviación del tabique nasal, que estrecha una de las fosas nasales”, agrega el Dr. Castell.
Para saber cuándo es necesario operar, el otorrinolaringólogo de Clínica INDISA indica que hay que evaluar si esta condición ocasiona síntomas como, por ejemplo, la sinusitis crónica, la obstrucción de las vías respiratorias o frecuentes epistaxis (sangrado nasal). En primera instancia se recetan fármacos como spray nasal con derivados de corticoides o medicamentos descongestionantes. Si estos fármacos no son capaces de reducir los síntomas, es necesaria una operación quirúrgica llamada septoplastia, para corregir la desviación del tabique nasal.
“En la septoplastia, se corrige la desviación, aumentando el espacio de la fosa nasal obstruida eliminando el exceso de cartílago y/o de hueso, que causan la desviación del tabique. Por lo general, la septoplastia dura unos 60-90 minutos, toda la cirugía se realiza a través de las fosas nasales. La mayoría de las personas vuelven a casa el mismo día de la cirugía y se necesita una semana para recuperarse de una septoplastia, ya que, con las técnicas actuales ya no se utilizan habitualmente tapones nasales, lo que hace menos incómodo y doloroso el posoperatorio. Para la recuperación completa es necesario un mes”, enfatiza el Dr. Luis Castell, otorrinolaringólogo de Clínica INDISA.