La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica, que se caracteriza por tener crisis epilépticas o convulsiones. La mayoría de los niños puede llevar una vida normal y responden bien al tratamiento.
Se trata de descargas eléctricas que afectan a las neuronas cerebrales, desencadenando crisis epilépticas. Estas crisis pueden ser por diferentes causas, como factores hereditarios, enfermedades infecciosas (meningitis, encefalitis), problemas en el embarazo o parto, traumatismos craneales o malformaciones cerebrales.
Son muchos los factores que pueden desencadenar una crisis epiléptica en niños, y en ocasiones no se puede identificar una causa. Hay factores que aumentan las posibilidades de una crisis como la falta de sueño, enfermedades infecciosas o mal cumplimiento del tratamiento.
“Hay que tener en cuenta que muchos episodios que aparentemente son epilépticos en los niños, en realidad no son necesariamente epilepsia, como por ejemplo las convulsiones febriles o las apneas del llanto”, explica la Dra. Daniela Triviño, neuróloga infantil de Clínica INDISA.
Un niño tiene epilepsia cuando tiene dos o más crisis epilépticas sin factores desencadenantes claros, como fiebre. estas pueden ser convulsiones de todo el cuerpo o de partes como cara, brazos, o piernas. también puede manifestarse por episodios breves y repetidos de pérdida de conciencia.
Hay que tener en cuenta los diferentes tipos de epilepsia infantil para llevar a cabo el tratamiento más adecuado.
La mayoría de las epilepsias responden bien al tratamiento con fármacos antiepilépticos, y para las personas que no responden existe la alternativa de una cirugía o dieta cetogénica.