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Patricia Astorga: “El equipo de Clínica INDISA sacó a mi hija adelante”

Patricia Astorga: “El equipo de Clínica INDISA sacó a mi hija adelante”

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Hoy, Isidora tiene ocho años. Es una alumna excepcional en su colegio, una niña sana y feliz. Nadie imaginaría cómo fueron sus inicios, cuando Patricia y Sebastián la esperaban con ansias y los iniciaría como padres. En medio de una gestación completamente normal, la pareja se fue de vacaciones al sur, sin saber que éstas se deberían extender por razones que jamás pensaron.

 

Como a Patricia aún le quedaban tres meses para cumplir los nueve de embarazo, ambos aprovecharon de ir a descansar, cuando a las 27 semanas comenzaron unas inesperadas contracciones. Sebastián llevó rápidamente a su esposa a una clínica de la zona y fue derivada inmediatamente al hospital regional, dado que éste tenía un área de neonatología. Era un hecho, Isidora nacería antes de lo presupuestado.

 

Y fue ahí cuando nació. “Casi me da un infarto cuando la vi. Nunca imaginé las dimensiones de lo chiquitita que era”, cuenta hoy Patricia, recordando aquel 9 de febrero en que vio por primera vez a su hija prematura de tan solo 980 gramos. Así comenzaron interminables semanas de hospitalización, incubadoras, procedimientos y exámenes. El esposo de Patricia tuvo que regresar a Santiago y ella, sola en la ciudad donde había dado a luz a su hija, luchaba día a día con la incertidumbre de no saber qué le esperaba al día siguiente.

Sebastián se puso en contacto con Clínica INDISA y el jefe de neonatología, Sergio Ambiado, analizó la situación, de modo que –cuando el estado de salud de Isidora lo permitió- viajó personalmente a Puerto Varas a buscar a la pequeña para traerla a la Clínica de Familia. “Me llamó el doctor Ambiado y él se preocupó por mí, me preguntó cómo estaba, fue hasta el sur y me acompañó.

 

Una vez que llegó al hospital a verla, la tomó con un cuidado tal que me transmitió la tranquilidad que yo necesitaba”, relata Patricia al recordar el día en que tuvo que separarse de su hija y dejarla viajar en el avión-ambulancia sin ella. “Sólo una persona podía viajar con ella, y si bien fueron las horas más angustiantes que recuerdo, yo sabía que el doctor Ambiado la estaba cuidando”, agrega.

 

Fueron 84 días de hospitalización, equivalentes al tiempo que le faltó a Isidora en el vientre materno, pero el 4 de mayo Patricia tomó a su hija en brazos y la llevó al hogar donde creció sana.


Patricia es una agradecida y se emociona al recordar la dedicación que el equipo de neonatología puso para lograr sacar a su hija adelante. “El doctor Ambiado fue una compañía imprescindible en esta travesía, fue parte de mi familia. Durante la hospitalización de la Isi en Santiago, él llegaba todos los días a las seis de la mañana con una regla y una pesa a medir los avances. Me contestaba todas mis dudas, a la hora que fuese, y para una madre en mi situación eso se daba muy seguido. La Isi tosía dos veces y yo lo llamaba”, recuerda Patricia. “Fueron tiempos difíciles. Yo lloraba en la clínica sin saber qué iba a pasar, pero los doctores y enfermeras me decían que yo no estaba ahí para llorar, que yo tenía que entregar buenas energías, ir a la clínica a sonreír, a cantar, con ánimo para mi hija”, afirma.

 

Hoy, Isidora tiene 8 años, es una niña saludable, feliz, con excelente rendimiento escolar y ninguna secuela física o neurológica. Tiene un pequeño hermano de 4 años llamado Rafael y constituyen una hermosa familia, que con mucha fuerza y esperanza salió adelante.

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