¿Eres adicto a tu celular?

Estamos de acuerdo en que los teléfonos inteligentes, internet y las redes sociales nos facilitan la vida y son muy útiles, sin embargo, un mal uso de estas herramientas puede generar una adicción y empobrecer los intercambios comunicacionales cara a cara.

¿Qué haces si se te queda el celular en la casa? Esto puede generar estrés y angustia alsentirse como aislado del mundo. Por esta razón varios se devuelven a buscarlo apenas notan su ausencia. Y la sensación de desamparo desaparece apenas alguien te manda un mensaje; aunque sea virtual, ese contacto alivia.

Uno puede considerarse adicto cuando el celular se vuelve imprescindible y su uso es compulsivo, pero como estamos en la era de la hiperconectividad, son pocos quienes se reconocen como adictos, ya que no lo ven como un vínculo enfermizo.

¿Te estresas cuando no puedes acceder a la red desde tu celular? ¿Te urge estar comunicado? ¿Cómo te sientes cuando estás en un lugar sin señal?

Según Josefina Guzmán, psicóloga de Clínica INDISA, estar pegado al celular afecta en la vida social real en la medida en que uno permite que no sea solo una forma de entretención sino la única manera de relacionarse con los demás.

A quién no le ha pasado: juntarse con amigos a comer y que estén todos mirando el celular sin conversar entre ellos. Por eso, debemos ponernos ciertos límites.

“Hay redes sociales que producen en algunas personas sensaciones de mayor ansiedad o estrés, y en ese caso es mejor cerrarlas, dejar de verlas, y guardar un cierto límite en cómo y con quién comparto la información y la comunicación. Sobre todo, en relaciones de pareja, que son los ámbitos donde más respeto debiéramos tener y, sin embargo, existe en las redes sociales una noción de espiar, observar, en lugar de ir conociéndose, y eso a la larga deteriora el desarrollo personal y las capacidades de relacionarse interpersonalmente”, explica Josefina Guzmán, psicóloga de Clínica INDISA.

Estos son los síntomas más comunes de esta moderna adicción:

1. Tener como actividad número uno el uso del celular, y dejar en segundo plano lo cotidiano, como las relaciones familiares, estudios, trabajo o amigos.
2. Aislarse de la familia, y tener comportamientos que generan problemas por pasar mucho tiempo en internet, hablando por celular o pendiente del envío de mensajes.
3. Usar el celular para hacer todas las gestiones posibles, lo que reduce el contacto personal al mínimo.
4. Estar manipulando el teléfono en las reuniones con amigos, en el trabajo, en la casa y hasta en el baño.
5. Mirar la pantalla cada dos minutos, aunque no se espere ninguna llamada.
6. Sentirse incompleto e inseguro cuando no se tiene el celular al alcance.
7. Estresarse cuando se está en un lugar donde no se puede usar, igual que un fumador adicto.

Y para tener ojo con nuestros hijos, los más propensos a desarrollar este problema son aquellos que tienen baja autoestima, habilidades sociales limitadas, una elevada ansiedad y tendencia a la depresión. “Las personas a las que les cuesta desarrollar vínculos afectivos en persona y enfrentar problemas interpersonales, tienden a disipar esa frustración a través de las redes sociales”, dice Guzmán.