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La rodilla es la articulación más grande y compleja de nuestro organismo, tanto en su anatomía como en su función (biomecánica). Está compuesta por la rótula, extremos del fémur y de la tibia, además de elementos anatómicos como ligamentos, tendones, meniscos y otros, que pueden sufrir diversas lesiones.
Esto es tan complejo y extenso que se necesitan especialistas para tratarla, así como ocurre con otros segmentos del cuerpo. Nuestro equipo de cirugía de la rodilla está compuesto por seis de estos especialistas, calificados y acreditados para tratar una amplia gama de afecciones de ella: lesiones cápsuloligamentosas, fracturas, patología meniscal, afecciones degenerativas, etc.
En Clínica INDISA, tratamos algunas de estas patologías de forma medica sin cirugía, mientras que otras necesitan de procedimientos quirúrgicos los cuales pueden ser abiertos o mínimamente invasivos, según sea el caso.
La cirugía mínimamente invasiva, más conocida como cirugía artroscópica, es utilizada para la mayoría de los procedimientos intraarticulares de meniscos, ligamentos, cartílago articular, etc. permitiendo al paciente tener hospitalizaciones más cortas, cirugías menos dolorosas y recuperaciones más rápidas, pudiendo retomar de manera más expedita su vida laboral y deportiva.
Los meniscos pueden sufrir roturas traumáticas o degenerativas y los principales síntomas son dolor y a veces inflamación que produce una sensación de algo que se mueve o que la rodilla se desacomoda (síntomas mecánicos). Esta patología no siempre requiere de cirugía por lo que el tratamiento será diferente para cada paciente.
Las lesiones de ligamento ocurren por traumatismos principalmente en deportistas y pueden requerir de una cirugía para reparar o reconstruir, ya que algunos ligamento no tienen la capacidad de cicatrizar por sí mismo. Los síntomas de una lesión es dolor, una limitación funcional y sin tratamiento, puede producir inestabilidad de rodilla.
El tratamiento más frecuente para una fractura de rodilla es la cirugía, ya que permite restaurar la anatomía y la función. Los síntomas más frecuentes son mucho dolor, hinchazón y limitación funcional.
Generalmente suceden por traumatismos al hacer deporte y su tratamiento puede requerir de una cirugía para restaurar la superficie de la articulación, la cual es muy importante para mantener su funcionalidad. Este tipo de lesión se caracteriza por producir dolor y síntomas similares a las lesiones de los meniscos (hinchazón y/o síntomas mecánicos).
La lesión del ligamento cruzado anterior consiste en un desgarro en un ligamento que conecta el fémur con la tibia. La causa principal de esta lesión es por realizar algún deporte o actividad que implique impacto. El paciente puede sentir un ruido en la rodilla con dolor e hinchazón variable.
La bursitis sucede cuando uno de los sacos que tiene la rodilla, ubicado en la zona de la articulación, se llena de líquido y se inflama. Por lo general, la bursitis ocurre por sobre la rótula o en otro lugar de la articulación, afectando la fricción entre los huesos, tendones, músculos y la piel de la zona de la rodilla. Los síntomas pueden ser calor, hinchazón, sensibilidad al tacto y dolor al moverse.
Se trata de una lesión en el tendón rotuliano, que conecta la rótula con la tibia. Este tendón es parte del aparato extensor de la rodilla (cuádriceps), lo que permite que camines, corras y más. Esta condición es más frecuente en deportistas que realicen actividades de impacto. El tratamiento más común es la terapia física para rehabilitar el músculo y fortalecerlo.
• Ubicación
Edificio Los Conquistadores. Piso 3 (Traumatología).
• Dirección
Los Conquistadores 1926, Providencia.
• Contacto
Mesa Central 2 2362 5555.